Hoy vamos de Trauma

Cuando el Yago y yo decidimos, tiempo atrás, pedir cita para el traumatólogo no sabíamos los cambios brutales que supondrían en nuestras vidas.

Yo había vuelto de la "guerra" por las tierras coruñesas, acompañado por Buba (el gambero) y el Miky (de Blueberry). Todo estaba dispuesto para ir a la consulta junto al Dr. Ibáñez, así que tras tomarnos unos yogures de frutas rústicas y un rico batido de yogur de frutas rústicas partimos hacía la clínica.

Llegamos, esperamos y fuimos recibidos por el doctor. Primer problema, tres sillas y cuatro personas. Yago quedó de pie. "Empecemos por ti chavalote" me dijo el señor, a lo que con mi habitual amabilidad respondí "¡Y qué!". Preguntas rutinarias e inspección táctil a las rodillas,..., y San Se acabo.

"Chaval, no tienes nada roto, tú anda por lo blando y todo arreglado", dijo con una sonrisa en la cara (y donde iba a ser sino, ejque también yo...).

Ya le tocaba a mi hermano, más de lo mismo: preguntillas chorras, que si bájate los pantalones (espera..., esto no…), que si tocamientos en la rodilla, que si no duele, que si tos del caserío (es que me troncho...). Pues eso, otro también a andar por lo blando y… (Ya se masca la tragedia):

"Pero, espera un momento", empezó el medico a decir, "¡¡Chaval tú no lo sabes todavía pero eres el cliente numero 3!!” (¡Por qué no yo…! por uno). Continuo diciendo “Te vas a llevar un regalito, puedes escoger entre: un Ford Fiesta o una amputación de piernas con la que te damos una silla de ruedas".

"Joer, que suerte.", respondió Yago con una felicidad desorbitada y continuo diciendo "Pos esta difícil la elección. ¿No le importaría decirme cual de las dos es más cara?".

Ahora entenderéis porque Yago se ha unido al mundo de los pensionistas; él es ahora "EL HEMIPLEGICO"