sábado, diciembre 25

Condena de presidente

Un día, en el futuro, G. W. Bush se muere de un ataque de amigdolas y directito se va al infierno equivocadamente, donde el diablo lo está esperando. El bueno del diablo todo incomodo le dice:
- Realmente, no sé qué voy a hacer contigo, estás en mi lista, pero no tengo lugar para ti y como has sido tan malo tienes que quedarte aquí, así que vamos a hacer lo siguiente: Hay algunas personas aquí que no fueron tan malas como tú, así que tendré que dejar ir a alguien y tú te quedarás en su lugar. Es más, te voy a dar a escoger una de tres celdas.
Bush, que de todas maneras no tenía otra opción, aceptó.
Así que el diablo abrió la primera celda. Allí estaba Richard Nixon en una gran piscina. Todo lo que hacía era zambullirse en el agua y volver a salir. Ese era su destino en el infierno.
-No, esto no me gusta, yo no soy buen nadador y no puedo hacer eso todo el día.
El diablo abrió la segunda celda y ahí estaba Jose María Aznar. Todo el santo día picando con un martillo una montaña de piedras.
- No, no puedo picar piedras todo el día pues tengo problemas con el hombro.
El diablo abrió la tercera celda y he aquí a Hussein, cómodamente tirado en el suelo, con las manos detrás de la cabeza, las piernas abiertas y fumándose un largo puro cubanero. Agachada sobre él se encontraba Mónica Lewinsky en su salsa, haciendo lo que ella sabe hacer mejor...

Bush miró la escena con incredulidad y gritó animadísimo:

- ¡Aquí me quiero quedar!

Entonces el diablo sonrió maliciosamente... y gritó:
- ¡¡Mónica, ya llegó tu relevo!!

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