jueves, septiembre 23

La filosofía del papel

Todos sabemos lo cómodo que es cagar en un water limpio, a ser posible el de tu propia casa, y después de haber terminado la faena limpiarse con ese papel consistente de doble hoja, a veces perfumado, quedándonos con esa sensación de haber sido acariciados por suaves toallitas de lino, en fin... una sensación indescriptible. Todos sabemos que de todos los placeres sin pecar, el más dulce es el cagar o que no hay gusto más descansado que después de haber cagado pero... imaginaos la escena: estás disfrutando de un dulce paseo en coche por un remoto lugar donde no hay absolutamente nada de nada y de repente sientes un malestar que podríamos describir con todo lujo de detalles pero que resumiremos con una sencilla y contundente palabra: ¡¡UN APRETÓN!!; y ahí estás tú, sólo o acompañado, soñando con un reluciente water plateado rodeado de paredes de imponente mármol y música clásica de fondo pero la realidad es bien distinta, sólo un pensamiento hace eco dentro de tu cabeza: “Me voy por la pata abajo”. Entonces comienzas a buscar un sitio acogedor y después de haber adoptado la postura idónea, no sin dificultad, decides soltar todo lo que te ha llevado a adoptar esa ridícula postura en una acción que podríamos denominar de muchas maneras: plantar un pino, liberar a willi, negociar la liberación de unos rehenes, sacar el tren del túnel o simplemente soltar lastre.


Cuando crees que todo ha pasado llega el momento crucial: ¡¡con qué te limpias!!, es triste la opción de coger hojas de la frondosa vegetación de la que te has rodeado a sabiendas que corres el grave riesgo de que se rompan y de que tus dedos entren en contacto con el cuerpo del delito. Si bien es cierto que unos cleenex en esta situación nos salvarían prácticamente la vida, también sabemos que cada paquete de cleenex contiene una media de unos cuatro papelitos que pueden ser insuficientes para rematar la faena después de haber soltado ese tremendo montón que yace entre tus piernas. A veces los grandes problemas requieren grandes soluciones, así que, por qué no llevar en esa espaciosa guantera de nuestro coche un rollo de papel higiénico para estas situaciones, puede parecer atrevido y embarazoso que alguien vea el papel en vuestro coche pero las modas siempre empiezan así y acaban por imponerse, o qué creíais que pensábamos cuando alguien colocaba triángulos de señalización en la carretera o se enfundaba el chaleco reflectante; ¡¡qué horterada!!, pues hoy amigos míos es obligatorio. Que no os extrañe si en un futuro no muy lejano la Dirección General de Tráfico toma cartas en el asunto y nos obligue a llevar un rollo de papel como un complemento más para situaciones de emergencia.

1 comentario:

Viascon dijo...

Gran artículo que me ha hecho reflexionar sobre la necesidad de adquirir un rollo (o dos) para mi coche por lo pueda pasar