Sexo sin amor

Una pregunta muy frecuente en cualquier tertulia es esta: ¿Prefieres practicar sexo con o sin amor?; como si el sexo fuese inseparable del amor o el amor del sexo.

Para empezar debemos diferenciar bien estos términos; sexo se refiere a un acto que todos más o menos conocemos o hemos oído hablar del él y que no deja de ser un acto físico cargado de una serie de emociones que generalmente culminan en algo descrito de muchas maneras por gente que se dice docta en estos temas pero que, alejándonos de todas las perversiones que puedan salir de un atajo de mentes enfermas, podemos denominar como “orgasmo” o “clímax”. Sin embargo, el amor es algo diferente, trasciende a la emoción y a todo acto, es un sentimiento, algo incontrolable, desbocado...etc... indescriptible con palabras.

La verdad es que si algo nos diferencia de los animales es no sólo el poder reflexionar sobre nuestros actos y decidir si nos hemos equivocado o no, hay algo más profundo que nos diferencia y eso son los sentimientos. Podemos sentir rabia, odio, indiferencia, empatía, comprensión... pero si hay algo que nos hace los más fuertes y a la vez los más vulnerables es el amor, ese sentimiento que te atrapa, te conquista, pero que es tan despiadado como para dártelo todo y quitártelo de la misma manera sin explicación alguna.

Todos conocemos la expresión “amor a primera vista” o “amor de una noche”, cuando nos referimos a se ligue de una noche de verano en la playa o lugares semejantes. Yo particularmente prefiero llamarlo “calentón” o simplemente, como dice la canción, “no es amor, es obsesión”.

Volviendo a la pregunta del principio: ¿Existe el sexo sin amor?; yo creo que sí, puesto que somos animales y tenemos instintos, el sexo es una necesidad más de ese lado animal del ser humano. Pero somos algo más que instinto, también podemos sentir desde el corazón y así como tenemos la capacidad de aderezar una comida con gustosas especias, podemos igualmente hacer que el amor sea ese condimento preciso que hace que el sexo trascienda más allá de un acto físico para satisfacer una instintiva necesidad animal.

Por tanto, amigos, yo particularmente creo que las dos afirmaciones: Existe el sexo sin amor y también existe el amor con sexo (o el sexo con amor), pero son experiencias absolutamente incomparables. Yo, desde aquí, os animo a que nos amemos todos un poquito más porque cuanto mayor sea el amor en el mundo, mejor será el sexo.